viernes, 13 de enero de 2023

Breve comentario sobre «Wormhole»: por Javinho Do'sousa


 

Si contamos con la publicación de Desesperación, en diciembre de 2022, Wormhole es la penúltima novela de Daniel Aragonés. La penúltima novela publicada, claro, porque este autor es como uno de esos arcabuceros de antaño, que te acaba de disparar, pero tiene otros once frascos de pólvora al hombro para llenarte de plomo.

Ahora voy a dejar de divagar y voy a centrarme en Wormhole. Tengo que admitir que cuando comencé a leer esta novela, me costó meterme en ella. No cerré y tiré el libro por la ventana en la primera veintena de páginas porque conozco al autor y podía imaginarme que tendría algo preparado, un buen show literario. Y en efecto, Daniel Aragonés tenía preparado todo un tinglado metafísico, oscuro y psicodélico. De estar a punto de tirar el libro por la ventana a verme obligado a leerlo en una sola tarde.

Tras esa primera puesta en escena un tanto espesa, todo cambia, sobredimensionando de una forma prodigiosa la grisácea vida del protagonista. Y no me refiero a sobredimensionar de una forma peyorativa respecto al texto, todo lo contrario. A veces la locura, no es locura; a veces el personaje más mundano con el que nos cruzamos por la calle, puede ser un dios en la tierra que camina en chándal metido en sus propios pensamientos.

En Wormhole, entre sus páginas, se puede leer a un escritor que navega libremente en sus propias historias. Historias que son tan parte de él, como él de sus historias. No importa el género, ni tanto el concepto, como el potencial inmersivo del texto. Una forma de ser algo más que un mero espectador casual. Daniel Aragonés crea una pesadilla atípica. Capaz de sacar de la apatía al cerebro, hacerlo funcionar como pocos productos literarios o cinematográficos son capaces hoy en día; centrados en su inmensa mayoría en el propio entretenimiento.

Wormhole no es entretenimiento, es una experiencia para la que hay tener la mente abierta y con la que no hacerse preguntas. En mi opinión, la mejor novela de este autor junto a Hedor II. Sin lugar a dudas, es hasta la fecha su opus magnum. 



miércoles, 5 de octubre de 2022

«Sombras de arena», una historia de C. G. Demian

 


 

Caes a una enorme zanja cavada por el mismo Satanás. Emergen dos raíces secas y atrapan tus pies. Nada de agua o comida, tan solo un texto: Sombras de arena. Una tenue luz cenital te compaña. Debes leer, convertirte en un habitante más del extraño y apartado pueblo: Desolación. Y caer, no dejar de caer, hundirte en un sueño, aislarte del mundo de un modo onírico. La parte lírica de esta magnífica historia te deja en el limbo.

Así me sentí cuando empecé a leerla. Es casi como un poema. Oscuridad en estado bucólico. Una suave caricia capaz de matarte, igual que el veneno. C.G. Demian consigue trasladar nuestra mente a un pequeño mundo habitado por personas sencillas aptas para guardar secretos trascendentales. Seres mágicos, enamoradizos, caprichosos, egoístas. Un compendio de personajes que se mueven sin prejuicios por un agujero copado de arena y sentimientos encontrados.    

Ni siquiera voy a hacer un desglose de los personajes, me parece irrelevante. Se trata de un poema escrito en prosa —me repito, lo sé—. Una narración sublime escrita por una persona que se siente pequeña y dispara a lo grande. Así lo muestra en sus páginas. Se lee de una sentada y te hace viajar a lo más profundo de tus propias entrañas. Recorres cada rincón de tus infiernos personales, copados de secretos que ni tú mismo conocías, o que estaban olvidados. Te hace esperar con impaciencia un final que puede o no estar anunciado.

Casi al abrirlo muestra una muerte. Como puede pasar en cualquier pueblo del mundo. Cada habitante acude al entierro y le da el pésame a la viuda. Pero en entonces, la tristeza inicial se transforma en sombras, en viento, en soledad. Nada es lo que parece, las personas no somos bondad y buenas formas.

Enseguida me vino a la cabeza otra gran obra. Las vendería juntas sin ninguna duda: Hijos del hielo, de David Jasso, otro gran autor que muestra algo casi idéntico en sus páginas: ese deseo de avanzar hacia ninguna parte. Porque una cosa está clara, no puedes imaginar algo que ni siquiera conoces, si acaso, te lo puedes inventar.

Lo cierto es que debido a ciertas sutilezas me imagino al autor compartiendo merienda con Lord Byron y Mary Shelley. Sentado en su silla, al sol, disfrutando de esas reuniones mientras toma té con pasta y licor de avellana. Una oscuridad poética y sutil se oculta entre sus líneas, no dejando por eso de reivindicar cientos de cosa. Sombras de arena es una novela corta que se clava en el corazón como una estaca y deja ahí su veneno, el de la fatalidad.

 


 

domingo, 25 de septiembre de 2022

librerolipsis NOW

Es un buen bolígrafo,
quizás no pasa lo mismo
con el autor que lo porta,
pero eso es indistinto...

Lo importante es que
ese librero de mierda
me la ha intentado colar
anulando el evento.

El bolígrafo puede servir
como arma punzante
y atravesar su ojo bueno.
No, mejor le pinto un bigote.

¡Que le jodan!

viernes, 23 de septiembre de 2022

Sucio

 

Sucio, escueto, oscuro.
Pasar una noche en blanco
y no cagar neuronas.

Mugriento, mínimo, mortecino.
Tumbado junto
a ese pequeño diablo
que mea ácido.

Dirty, dicen los maldito yankys,
que vomitan ideas relacionadas
con una libertad falsa y agria.

Conciso y certero
como la puñalada
de un viejo borracho.

Pardo, igual que
el gato nocturno
que lame el aceite
de una lata de sardinas
comida por el óxido.

Y la noche da paso
al pútrido día,
entonces todo
pierde el sentido... 
 
 

jueves, 21 de julio de 2022

Aquello que mordisquea mis zapatos, una obra de Athman M. Charles

 

 

Podría decir que es de noche, que vivo en un castillo encantado ubicado en Escocia y que me mantengo ocupado regando mis plantas y estudiando acerca del terror, copa en mano, pero no es así. No tengo un pavo, soy un apasionado de las letras y de la oscuridad del ser humano y vivo en un piso de mierda. Lo que si es cierto es lo siguiente: tengo suerte con las pequeñas cosas de la vida, y una de esas cosas ha sido esta obra. De una potencia brutal. Dentro de su precio y del tamaño me parece una obra maestra. La propuesta de este autor, alejada de esas ideas de monstruos y fantasmas, nos presenta una serie de relatos relacionados con el horror en el propio humano, en su psique, y lo que representa. Nuestros propios miedos transformados en sangre, en miedo, en penumbra. Mediante unos textos bastante líricos y muy trabajados, nos adentramos en las entrañas del propio miedo. 

Relatos exprés. Minúsculos dardos envenenados capaces de matar, ideales para los tiempos en los que vivimos. Presentado en un formato muy atractivo. Me enamora la forma en la que este autor nos ha traído esta maravilla terrorífica. Un exterior en plan minimalista y un interior profundo, denso, bien estructurado, capaz de arroparte por las noches y hacer que todos tus nervios se atenacen.    Bofetadas de crueldad. Fobias. Sangre.

Podríamos estar hablando de prosa poética.

Como he leído por ahí, no sé dónde, los relatos están cargados de ciertas temáticas ajenas al gusto global, pues hablan de muerte, de dolor, de pérdida, de incomprensión, de intolerancia y de humanidad. Por supuesto, salseados con horror, sangre, depresión, angustia, ansiedad y nervios.

Cada relato hace que el contador de nuestros propios terrores avance hacia nuestra inevitable debacle personal.



 

jueves, 28 de abril de 2022

Un mundo de corchopán intelectual


 

Supongo que es la propia divergencia, egocéntrica en sí misma, concéntrica, la que me tiene apartado de este cruel e insensible mundo desde hace meses, años, puede que toda la vida. Me centraré en el mundo real y haré cierta aclaración: Abandoné mi espacio literario personal por infinidad de razones, una fue la falta de tiempo, y otra porque no tenía nada que decir, pero eso no significa que haya dejado de existir. Lo que sí es cierto es que gracias a Dentro del Monolito he recuperado las ganas de volver, como un jodido fénix llameante y destructivo.

¿Qué he estado haciendo durante este periplo? Preocupado por autores como Francisco Santos Muñoz Rico, Juan Cabezuelo, Oscar Ryan o Javinho Do Sousa. Intentando que sus obras salgan al mercado y se conviertan en un bien intelectual que perdure hasta que nuestro Sol se transforme en una devastadora enana roja y nos engulla como aperitivo interestelar. De forma humilde, sin pretensiones. También he tenido un hijo y he encontrado el amor verdadero (la literatura no lo es todo).

En realidad siempre he pensado, y pienso, que el ser humano logrará escapar algún día de su propia condición autodestructiva, y que habrá cientos de galileos en llamas que nos elevarán a lo más alto de la salvación (como especie), y con sus ideas viajarán todas esas obras por las que tanto hemos luchado. Puede que nos convirtamos en un cerebro gigantesco y que nuestros cuerpos dejen de tener valor, pero sobreviviremos, dejando atrás infinidad de pensamientos e instintos absurdos.

En fin, dejaré de enseñar ciertas ideas, al menos por hoy.

Durante las últimas semanas, en las que he sentido como mi figura sangraba ante ciertos agravios, me he dado cuenta de varias cosas: lo primero, mi capacidad para huir de la quema sin hacer ruido, no me importa quedar como el malo de la película o el salvador, odio ese tipo de etiquetas irracionales. Siempre estoy donde debo estar para ser lo más efímeramente feliz que puedo. Ya me he sentido engañado demasiadas veces como para perder el tiempo intentando salvar lo que ya está perdido. Lo segundo es mi literatura, tan aclamada y elevada a los altares por algunos, y tan denostada por otros, incluso perdida en el limbo de la petulancia más altanera del mundillo de los ácaros literarios. El resto de cosas son personales, rollos de exmujeres y demás fauna que intentan colgarme en la plaza de tres o cuatro pueblos al mismo tiempo, haciendo gala de la primera ejecución múltiple simultánea a una misma persona de la historia, digna de Vonnegut. Acusado de crímenes que jamás cometí del todo.

¿Veis por qué dejé de escribir en Surrealismo Subjetivo? Porque todo anda un poco descolocado en mi cerebro.

 

#APastar

martes, 8 de marzo de 2022

El bosque oscuro de Franky

 

 

El título original es Cuentos del bosque oscuro, sin embargo, la oscuridad que se halla en el interior de sus páginas es vacua. Es más, me atrevería a decir que su lectura me ha sacado, de un modo temporal, de cierta oscuridad interior provocada por las obras que suelo elegir. En esta ocasión, el propio bosque me ha elegido a mí, iluminando una parte del camino que estaba demasiado abnegada por la ya nombrada oscuridad.

Como lo hizo El hombre ilustrado, de Ray Bradbury, este compendio de relatos, cuentos o pequeñas historias, me ha llenado el alma de una forma impensable. El propio autor define su creación como una recopilación a la manera de Puck de la colina de Pook, de Kipling, que solo pretender que el lector pase un rato agradable y desconecte de sus problemas terrenales. Pero no es así, me parece evocador, una amalgama de sabores que me han devuelto cierta niñez perdida entre alcohol y madrugadas en blanco.

La magia de Francisco Santos Muñoz Rico —Franky— le hace cambiar de registro, de estilo y de forma, pero sin dejar de ser él en ningún momento, nunca falla. Si me dicen que nació en 1880 y que ahora mismo tiene 142 años, me lo creería. Su escritura camaleónica, a la par que novedosa, bien podría entremezclarse con toda la cantidad de publicaciones que salen hoy en día y que ocupan los estantes de librerías y grandes superficies pasando desapercibidas, sin embargo, por sus capacidades, a mí me parece un escritor único del que me siento totalmente enamorado. Todos deberíais leer, al menos, una de sus obras, no hace falta más, el resto os veríais obligados a comprarlas. La variedad de sus historias, su estilo, que chupa de los antiguos y se alimenta de los nuevos, cargado de un vocabulario extenso y en ocasiones complejo —para algunos—, me hace verlo como un autor de culto. Sin duda, según le voy conociendo y leyendo —artículos, novelas, relatos y poemas—, me voy dando cuenta de que se trata de una persona que ha aprendido de los mejores y mantiene un pulso con el comercio del arte que más allá. Anarquía literaria, nihilismo creativo

Con respecto a Cuentos del bosque oscuro solo puedo decir que a medida que lo fui leyendo, poco a poco y sin darme cuenta, me absorbió de tal modo que acabé convertido en una historia más de ese mágico bosque. Ahora una parte de mí vive allí, en forma de sátiro, probablemente. 

 

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