Vamos con lo básico, con
la primera, solitaria e inconsciente impresión tras la escucha:
Se podrían decir mil cosas
positivas de esta banda manchega. Sí, manchega, habéis oído bien. No son
americanos residentes en Luisiana. Y digo esto, porque al escuchar el disco,
una salvajada compuesta con mucho gusto y rabia, os trasladaréis a otro lugar,
uno muy lejano y distinto; fangoso, oscuro y explícito. En serio, no podréis
creer que se trate de producto ibérico. Estos demonios hacen de su estilo un arma
capaz de viajar más allá de nuestras fronteras. Solo hay que prestarles
atención y dejarles una pista abierta para el futuro. Su progresión es brutal
(estas palabras que acabo de soltar son lo más típico del mundo, lo sé, no me
juzguéis por ello… jajaja).
Con su nuevo trabajo, “Who´s
gonna kill Who?”, los componentes de Evil Impulse han dado un paso al frente y
se han metido de lleno en el profundo pantano. La contundencia de los ritmos es
electrizante, cautivadora, bastante brutal cuando tiene que serlo y más incisa
en instantes concretos de los temas. Las voces, entre berridos guturales y
melodías rotas, se desatan y remarcan la intención del grupo; muy de mi gusto,
muy personal, bastante atroz. Todo se vuelve más nítido en este nuevo trabajo,
mucho más propio y menos catalogable. Una buena producción. Al ritmo que
llevan, llegarán lejos, hasta donde les dejen.
Para los recién llegados, diré que Evil Impulse son una banda de Groove metal, con tintes de trash, muy de la honda de Lamb of God o Devil Driver (que quede claro que odio las comparaciones, y que seguramente me equivoque por completo). Son potentes. Salvajes. Sus riffs están bien seleccionados, compuestos con el apoyo del mismo satanás y descargados, tema por tema, de una forma magnífica. La base rítmica es energía reconducida. Uno por uno, desde el primer tema hasta el último, son brutales, una delicia envuelta en llamas.
Al escucharles siento el
instinto homicida. Los llevo en los cascos. Voy en el Metro. La gente me mira.
Les miro. Evil Impulse suenan a toda máquina. El mundo se arrodilla a mis pies.
Siento ese poder que solo cierta música me concede. Salgo del vagón. Paso del
track uno al dos. Subo las escaleras. Dos guardias de seguridad me miran con
caras de idiota. Los acordes me hacen olvidar, visualizo su muerte y les dejo
atrás. Paso del track dos al tres. La sociedad se deshace. Madrid se hace
pequeño. Sigo caminando. Las canciones se suceden. “¡Qué bestia!”. Avanzo.
Observo todo aquello me rodea. Los Evil me están cambiando. Mi vida vuelve a
tener música, todo vuelve a su sitio. La paz interior reina nuevamente. La
furia es absorbida por los acordes atroces de “Who´s gonna kill who?”. Todo cobra
sentido. “¡Qué os jodan a todos!”.
Una buena crítica:
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