miércoles, 2 de julio de 2014

Vacíos desagradables




Escribo y borro; me confundo y vuelvo a empezar.
Se cruzan las letras, cambia el sentido de las frases.
No alcanzo a distinguir mi posición exacta.
Las horas de vuelo rasante han destrozado la línea recta.
No alcanzo a encontrarme, estoy perdido.
Y para más desasosiego: esto no es poesía.
Cargo los versos demasiado, de hormigón y acero.
Pesan los sentimientos, son densos y grises.
Bebo cerveza y recuerdo el camino de baldosas amarillas.

La clave del éxito es un gran cesto lleno de  ropa sucia.
Lo sé, gracias, soy un verdadero erudito de la idiotez;
soy el Barrabás de la poesía urbana desconfiada,
y si por un casual, los impúberes vienen a mí, caerán al pozo.

Es fácil llegar a la gente, solo tienes que decirles aquello
que desean oír, reírte e invitarles a cualquier tontería.
Barbacoas metafóricas con chiles y cerveza caliente.
Emborrachar a los fieles para después tirarles por un barranco.

Siento un vacío bastante desagradable, mi alma vomita
palabras olvidadas y duerme impasible bajo el sol.
No es suficiente con un poco de “Rock&Roll”, tengo sed
de venganza, hambre de textos en blanco. Siento el vacío.

Escribo y borro, viajo a otro planeta y descanso en paz.
No hay alienígenas, no hay niños, no hay eunucos, no hay ciclistas,
no hay camioneros psicópatas y, sobre todo, no hay ratas.

La ironía llama por su nombre a los topillos, que de inofensivos
no tienen nada, son una plaga enana, un suplicio invisible.

Sé que no entendéis nada, y me alegra. Lírica del vacío.
Junto letras, formo palabras y escupo frases que se clavan
como estacas repletas de astillas impunes y solitarias.
Ser poeta es una condena, un trastorno relacionado con la nada.

2 comentarios:

  1. Nosotras nos vamos contigo a ese planeta sin ratas!!!! Muy bueno, amigo...

    Fdo- Carmen, Xena y Aisha -

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  2. Un besazo, Carmen. Seréis bien recibidos... jajaja

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