La dualidad del ser
humano se está convirtiendo en una forma de vida absolutamente cotidiana. Las
declinaciones internas relacionadas con la palabra ideal se han establecido
como algo perteneciente al pasado, ya no importan los principios o fines propios.
Exigen que seamos personas comprables y, a cambio, a modo de premio
irremplazable, nos ofrecen un abanico cerrado de etiquetas para que podamos
elegir –la panacea–. Los lobos están dejando
de existir, y eso me preocupa. Ahora, salir de noche no es garantía de éxito,
la oscuridad ya no es el amparo deseado. Las sombras están siendo colonizadas
por pardillos colmados de etiquetas. Sí, las nuevas normas lo dicen claro: hay
que disfrazarse de oveja, funcionar como una oveja, hablar como las ovejas y
hacer caso al pastor. Sumisión o irreverencia, no se entiende otra cosa, puedes
ser un lobo, pero debes disfrazarte de oveja, es la ley.
Aullido: ¿El disfraz de oveja? No llegué a
sacarlo de la caja.
Etiqueta: "Perdona, hay parcelas que no están en venta."
Parece que hemos estado pensando justo lo mismo hoy. Desde luego no era casualidad que con lo poco que leo el blog (pese a su calidad) hoy decidiera meterme. Sigue dándole.
ResponderEliminarGracias, Javi. Sí, ya sabes, estamos conectados en el Hades.
EliminarLo mismo digo, sigue dándole cera.