La mala praxis, el vacío inexplicable de ciertas
miradas, la mano agrietada y ennegrecida del tipo que pide limosna en la puerta
del supermercado.
Son instantáneas que regala vida.
Pero qué más da, el espacio se ha vuelto extraño.Son instantáneas que regala vida.
Ahora, esté donde esté, sigo estando en el mismo sitio.
A esto se le puede llamar poesía o basura.
No son versos, eso es un hecho. Se trata de una
catarsis emocional, de una forma de atrapar imágenes para siempre.
Espacio interfecto: víctima del tiempo.
La electricidad vuelve a correr por mis venas.
Los acordes siguen ahí, hundidos en el lodo,
invisibles. Es la locura, el motivo de la sinrazón que me posee, la idea
voladiza que huye de ese lugar que nunca existió.
Los lugares se han vuelto en mi contra. Ya no veo
a las ninfas del estanque, en su lugar hay bolsas de plástico flotando en
comunión sobre el reflejo de una sociedad muerta, decadente y hundida.
El mundo ya no gira, se ha detenido de golpe, ha
frenado sus impulsos amigables. Empatía y Raticida se han ido de viaje.
Espacio interfecto: fuga.
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