miércoles, 14 de diciembre de 2016

Joker II (serie poética)





Vuelvo a cortarme las venas;
la sangre se disuelve en el agua
de la pila bautismal
y se convierte en gusanos.

Los recuerdos se detienen,
la imagen de ese niño muerto
se desdibuja en mi mente.

No estoy en comunión
con nada ni con nadie.
Tu mirada no tiene valor.

Ingiero diez pastillas al azar,
abro el Jack Daniel’s
y me lo trago todo.
Intenciones autodestructivas,
objetivos fuera de plano.

Aviso:
No quiero morir de esta forma,
se trata de un experimento vital,
otra variante del dichoso camino.

El suicidio es un poema cafre.

Resolución:
La mejor iniciativa está relacionada
con la aniquilación sistemática
de todas esas voces ridículas
que entonan temas navideños (tristes).
Enterrar a los coristas es la propuesta,
y después, perderme en el bosque.

¡Al infierno con la falsa alegría!




viernes, 2 de diciembre de 2016

Joker (serie poética)





Haciendo uso de dos cuchillas
me dibujo una amplia sonrisa.
«¡Sí, soy imparable, imborrable,
un monstruo cobarde y cruel!»

Maquillo mi rostro con ceras
de color blanco, carcajeo y escupo
sangre mezclada con flemas.
El lavabo es el reflejo de mil almas,
de toda una vida de penurias,
castigos, aislamiento y cagadas.

Usando las mismas cuchillas
me afeito cabeza, pecho, axilas,
piernas, brazos, cejas y glúteos.

¿Qué soy? ¿Quién? ¿Un fantasma?
¿El bufón espectral que ridiculiza
a todos esos niños que duermen
bajo el decorado árbol de la mentira?

Semblante mortecino, risa perenne,
barbas teñidas de verde, y angustia.

Estaré esperando en el pasillo oscuro
de tu hogar, sonriente y agarrado
al astil de un hacha de doble metáfora.

No pienses en una muerte sangrienta,
será tu propia mente la que te hunda
en la miseria y paralice tus sentidos.
La farsa te hará dormir eternamente.