martes, 23 de julio de 2019

Entrevista a dos manos, hoy Oscar Ryan


En un alarde de empujar las carreras literarias de Oscar Ryan y Juan Cabezuelo, ejerciendo de editor y amigo, voy a entrevistarles para que conozcáis un poco mejor sus trabajos, intenciones y objetivos. Aunque es mucho lo que puedo decir de ellos, prefiero que sea de sus bocas, puños y letras lo que llegue a vosotros.
    Hoy Oscar Ryan:

Contestarme los dos. ¿Qué os ha llevado a escribir a lo largo de los años? ¿Cómo es que no os habéis rendido?
Hola Jefe:
    Lo cierto es que lo primero que escribí fue una obra de teatro en quinto de E.G.B., para una representación de fin de curso. Trataba sobre un muerto al que no le dejaban entrar ni en el infierno ni en el cielo, y tramaba un plan para que lo aceptasen en alguno de los dos lugares (ya desde niño me interesaba este tema). Después tuve un larguísimo parón hasta la edad adulta. No sé cuál fue el motivo, pero volví a escribir.
    No me rindo, por el momento, ya que me divierte escribir. No me lo tomo como un trabajo, sino como un modo de pasármelo bien. En cierta manera es una actitud egoísta, ya que escribo para mí y para los amigos del círculo que formamos. No obstante, toda venta externa es muy bien aceptada… Jajaja.

Ya sabéis que estoy enamorado de vuestros trabajos por infinidad de motivos, uno de ellos es que sois autores de subsuelo con una capacidad única para contar historias dispares que sobrevuelan la etiqueta de género. ¿Cómo os veis a vosotros mismos? ¿Y dentro del sistema editorial-comercial-literario? ¿No creéis que apesta un poco?
Me veo a mi mismo, gracias a la edad y a la inexperiencia adquirida (muy a mi pesar) con el paso de los años, como un “pasota”. Ya nada me contenta ni me llena. Todo me da exactamente igual, menos intentar hacer agradable mi vida en esta mierda de mundo. Por tanto, ni me interesan las etiquetas literarias, ni triunfar en la literatura, ni bobadas de ese tipo. Amigos, cigarrillos, rock ando roll y bourbon, eso sí me importa. Lo demás se lo pueden meter por el culo todos los “busca famas” pajilleros que encontramos por las redes sociales. Seres anormales sin clase, elegancia, ni nada que decir, pero que se consideran a sí mismos el centro del universo.

Parece que para vender hay que ser autores supercalifragilisticosespialidosos, tener una flor en el culo y el pelo con los colores del arcoíris. ¿Cuál es vuestra visión?
Te traduciré “supercalifragilisticoespialidoso”: Tonto del culo repipi. Sí, hay mucho autor de ese tipo. Tener una manada (término que últimamente ha adquirido un mal significado) de bobalicones que te ríen las gracias, no significa que tengas talento. Puedes tenerlo, sin duda, pero esto no te lo asegura automáticamente. Estoy francamente agotado de las idioteces de algunos, de cómo creen que son antisistema, de cómo se consideran autores rebeldes y no son más que inútiles pagafantas. En mi época la rebeldía se mostraba partiéndole la cara a alguien, corriendo delante de la policía, rompiendo la vidriera de un banco. En definitiva, exponiéndote a que te rompieran el alma y el cuerpo de un garrotazo. Me dan asco los rebeldes de sofá delante del ordenador. Valientes de opereta.
   
Venga, dos novelas indispensables para vosotros, que volveríais a leer una y otra vez, y ahora dos novelas de autores desconocidos para el gran público.
Siempre contesto lo mismo cada vez que me lo preguntan. Una es la primera novela que leí de niño; “Moby Dick” de  Herman Melville. Después de leerla tuve pesadillas y no sabía por qué, hasta que me di cuenta (años después) que el autor había dibujado un personaje que era yo.  El capitán Ahab es mi alma gemela. Alguien que puede tirarse por un barranco, luchar hasta morir, lograr que mueran los que le siguen por conseguir su objetivo, aunque este no tenga valor. La estupidez y la obsesión sin límite han marcado siempre mi modo de ser. La segunda es “Johnny cogió su fusil” de Dalton Trumbo. La idea de un soldado que se queda ciego, sordomudo, y sin extremidades, que se encuentra solo en una tétrica habitación de hospital intentando comunicarse con el mundo exterior, me pareció deliciosa. En cierto modo, salvo por cuatro amigos contados, yo me siento así en este mundo.

En dos líneas. ¿De qué van vuestros dos últimos trabajos, publicados con Open City, y por qué tiene que leerlos la peña?
Mi último trabajo, “Luz en el lado oscuro”, debe leerlo la gente que desea tener un punto de vista alternativo sobre la “Biblia”. La historia siempre la cuentan los vencedores, y esa versión es la que conocemos. En esta novela es el Diablo quien nos cuenta el motivo de la guerra celestial, cómo es Dios, y sobre todo, cómo desde el cielo rigen el destino de los humanos sin contar con nosotros.

¿Creéis que vuestro mensaje es captado por el público?
Para que alguien capte mi mensaje se tendrían que combinar varios factores. En primer lugar que yo tuviera un mensaje, y en segundo lugar que hubiese alguien para captarlo y entenderlo. Ni yo tengo mensaje, ni publico para captar las tonterías que escribo. Y mucho menos para entender algo que no comprendo ni yo.

¿Es difícil compaginar una vida medio normal con la faceta de escritor?
Nunca he tenido una vida medio normal… Jajaja. Ser escritor (título que me queda grande) no es compaginable con nada, y lo es con todo al mismo tiempo. Yo creo que no se debe pensar en que se es escritor, se escribe y punto.

Sí o no: ¿Volaríais el mundo en pedazos si estuviese en vuestras manos? ¿Por qué? ¿Vuestra literatura es un poco esa bomba nuclear capaz de hacerlo?
Si, volaría el mundo en pedazos. Quien haya leído mis novelas sabe que soy muy capaz de hacerlo. Siempre he pensado que si un día decido suicidarme no me iré solo (hay mucho gilipollas que me gustaría que me acompañara en el viaje)
Nuestro mundo da asco. Sin embargo, en el fondo de mi ser, continúo siendo un sentimental, y creo que la raza humana tiene algo por lo que luchar y por lo que mantener la esperanza.

Os dejo decir lo queráis, estáis en casa:
Pues seré sincero. Gracias al grupo de amigos que hemos formado (para mí una de las pocas cosas buenas de internet) mantengo las ganas de seguir escribiendo y de leer. Muy probablemente en otra época y en otras circunstancias, en las que no tuviésemos redes sociales, habría tirado ya la toalla. Creo que la creación del sello Open City ha sido un acierto. Tal vez no económico, pero si en lo personal. Nos hemos juntado una serie de escritores atormentados, y eso es posible que no se traduzca en ventas, pero desde luego, si en poder debatir, charlar, y soltar toda la mierda que llevamos dentro y nos estaba asfixiando.
Gracias a ti Daniel que eres el alma y el artífice de todo esto.



lunes, 22 de julio de 2019

Entrevista a dos manos, hoy Juan Cabezuelo


En un alarde de empujar las carreras literarias de Oscar Ryan y Juan Cabezuelo, ejerciendo de editor y amigo, voy a entrevistarles para que conozcáis un poco mejor sus trabajos, intenciones y objetivos. Aunque es mucho lo que puedo decir de ellos, prefiero que sea de sus bocas, puños y letras lo que llegue a vosotros. 
    Hoy nos contesta Juan Cabezuelo:

Contestarme los dos. ¿Qué os ha llevado a escribir a lo largo de los años? ¿Cómo es que no os habéis rendido?
Hola Dani. Realmente nunca he sabido por qué escribo, y la verdad es que me gustaría tener una de esas respuestas superchulas y bohemias que leo por ahí en plan "porque es mi aliciente de vida..." y cosas de esas; pero la verdad es que un día me di cuenta de que lo estaba haciendo, y hasta la fecha.
    He pensado muchas veces en rendirme, sobre todo cuando sacas un libro que te ha costado media vida escribir y ves que a los tres meses de haberlo publicado cae en el más ruin y amargo de los olvidos. Pero luego piensas "qué se jodan todos" y vuelves a ponerte con todas las ganas. Rendirse es de humanos, y yo cada día tengo más claro que no soy de este planeta.

Ya sabéis que estoy enamorado de vuestros trabajos por infinidad de motivos, uno de ellos es que sois autores de subsuelo con una capacidad única para contar historias dispares que sobrevuelan la etiqueta de género. ¿Cómo os veis a vosotros mismos? ¿Y dentro del sistema editorial-comercial-literario? ¿No creéis que apesta un poco?
Yo, a mí mismo me veo un tipo bastante sencillo y normal, pero claro, también decían eso de ellos mismos Ted Bundy o Peter Kürten. A quien no veo normales son a las personas que hoy en día no tengan sus niveles de nihilismo y misantropía por las nubes (¿Pero de qué coño vais, putos hippies?).
    A nivel editorial me veo a mí mismo como una gran e interminable Nada. El mundo editorial es una inmensa mierda donde nos vemos obligados a sumergirnos hasta las rodillas. Pero para no ser tan negativo con el mundo editorial, diré que tampoco es culpa del patético mundo editorial existente que los autores nos encontremos metidos hasta el cuello en un pozo de brea; si lo pensamos un poco, siempre se habla de la calidad del escritor, si es bueno o malo, pero nunca se cuestiona la calidad del lector, y según qué comentario o reseña de libros hechas por lectores que he podido leer en las redes sociales.... ¡Madre mía!

Parece que para vender hay que ser autores supercalifragilisticosespialidosos, tener una flor en el culo y el pelo con los colores del arcoíris. ¿Cuál es vuestra visión?
    A nivel emergente, vendes a nivel de amigos que tengas en redes, quedando a un plano secundario la calidad de la obra, siendo esta eclipsada muchas veces por "el personaje" en que se haya convertido el autor. Digamos que el gran show de luces, música, trampa y cartón se tiene más en cuenta que la obra literaria como tal.

Venga, dos novelas indispensables para vosotros, que volveríais a leer una y otra vez, y ahora dos novelas de autores desconocidos para el gran público.
"El señor de los anillos" pienso que es una obra imprescindible para cualquier persona que se considere lectora, por desgracia todo el frikismo que se ha creado alrededor de la obra ha conseguido que la gente deje de tenerla en cuenta como la gran obra literaria que es, pero el buen lector sabrá ver en ella toda la oscuridad, el horror y el dolor que en ella se haya. De segunda obra diré "Indigno de ser humano" de Osamu Dazai; si no has leído ninguna de estas dos ya puedes irte suicidando. De autores menos conocidos (no creo que exista ningún autor desconocido, pues a todos, aunque solo sea nuestra propia madre, nos conoce alguien) aconsejaría leer cualquier novela de Rodrigo Ratero, un grande en su estilo. Y de segundo, cómo no, cualquiera de los autores de Open City, madafakas.

En dos líneas. ¿De qué van vuestros dos últimos trabajos, publicados con Open City, y por qué tiene que leerlos la peña?
Odio, es una novela bastante complicada, pero a groso modo diré que va de un "debut psicópata" cargado de misantropía y nihilismo en estado puro, con una gran crítica social. Y la gente debería leerla porque... ¡Qué coño! es una novela cojonuda y algo distinto a lo que se suele estar acostumbrado a leer.

¿Creéis que vuestro mensaje es captado por el público?
Como he dicho antes, hay que tener muy en cuenta la calidad del lector, depende de esta el mensaje llega mejor, peor o no llega directamente.  

¿Es difícil compaginar una vida medio normal con la faceta de escritor?
Compaginar la vida de "persona normal" con la faceta de escritor no es complicado, sencillamente es imposible, cosa que te hace pensar muchas veces en tirar la toalla; pero como suele decirse: "Quien quiera peces que se moje el culo". Por ahora, en este país donde cada día el arte se criminaliza más, no hay otra.

Sí o no: ¿Volaríais el mundo en pedazos si estuviese en vuestras manos? ¿Por qué? ¿Vuestra literatura es un poco esa bomba nuclear capaz de hacerlo?
Acabaría con el mundo sí o sí. Todas las grandes civilizaciones han terminado sucumbiendo y a esta nuestra, visto los niveles de gilipollez que estamos alcanzando, ya le ha llegado la hora.
    No considero que mis obras sean esa herramienta necesaria para terminar con el mundo, pero sí espero que sea una fuente de liberación mental para quien sepa entenderla y disfrutarla.

Os dejo decir lo queráis, estáis en casa:
Pues solo agradecerte este espacio que nos has brindado y todo el curro y apoyo incondicional que nos das tanto tú a nivel personal (eres mi hermano, y lo sabes) como con Open City. Y decirle a los lectores que apoyen más el mundo literario emergente, ya sea comprando obras de autores "menos conocidos", como yendo a las convenciones y ferias literarias o por lo menos compartiendo nuestras publicaciones en las redes sociales (que es gratis), o el boca a boca, que es como se ha hecho toda la vida y es lo que mejor funciona. Un abrazo a todos, y si es posible, que os follen.