viernes, 10 de junio de 2016

Irreverencias sin amueblar II





En los bufetes corporativos
se juegan nuestras vidas a las cartas,
destruyen los documentos de valor
y se ofenden si los llamas MIERDA.

Estoy sentado en la sala de espera
de un despacho-retrete-empresarial.
Me siento afortunado, soy feliz,
la despreocupación me posee el alma
cuando me hacen jugar con suciedad.




2 comentarios:

  1. Estás sembrado, macho. Hacía falta una racha lírica tuya ya de una vez. Saludos.

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    1. Espero completar la serie con unos cuantos poemas más...
      Saludos.

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