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J. Daniel Aragonés Cuesta
martes, 4 de abril de 2017
Congelación...
No tengo palabras,
solo me queda sudor,
lágrimas y ganas
de quitarme la vida.
Intento correr
dentro de la maldita
rueda de hámster.
Pero no consigo
marcar la diferencia.
Sonrío hasta sangrar,
me desangro para vivir
y mantengo la boca
cerrada y las manos
alejadas del desastre.
No tengo palabras,
tan solo malas caras,
gritos desesperados
y un puñado de monedas.
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En realidad, qué es tener algo?, si al final todo se escapa de las manos y solo se puede sujetar por momentos.
ResponderEliminarA veces la vida se clava a su antojo y es siempre lo mismo, como la pescadilla qué se muerde la cola, sin cesar.
Un beso, Dany.
Yayone.