sábado, 22 de septiembre de 2018

Anticrónica de una presentación («La curación», de Miguel Córdoba)




Día 21 de septiembre de 2018. Trayecto de vuelta a casa. Autobús de las 23:30. Musas activadas.

La voz de Miguel Córdoba sigue rebotando por el interior de mi cráneo. Aunque he llegado tarde a la presentación de su nueva novela, tengo clara la esencia. La curación, editada por El Transbordador, va a taladrarme las neuronas y convertirse en un recuerdo inolvidable.
    No es nada nuevo si digo que me parece un autor increíble. Y ahora que acabo de charlar un rato con él, mis sensaciones son las de haber conocido a una persona especial. Ni mejor ni peor que nadie, distinto, solo eso, mágico, con una esencia muy particular. Ha conseguido escapar de la masa y traspasar sus ideas al papel. No todo el mundo es capaz de hacerlo. Muchos solo escriben historias o cuentan realidades. Él es capaz de bañar sus letras con emociones, aunque sean terroríficas.
    Pero ahí no acaba todo, resulta que también he conocido a Pilar, una editora de verdad, no lo que venden por ahí como editor. Una persona que defiende sus gustos por encima de todo, la capitana de El Transbordador. En conjunto ha sido un día cargado de emociones, «curativo». Te das cuenta de que existe una línea imaginaria capaz de separar lo bueno de lo no tan bueno. No sé cómo explicarlo. Quizás sea demasiado subjetivo con todo, puede ser.
    En lo que se refiere al libro, lo compré el mismo día que salió. Confío en mi criterio, tengo buen gusto. Estoy convencido de lo que voy a leer porque creo conocer al autor, existe una conexión en el éter que une sus textos con mi capacidad de comprensión. Me atrevería decir que necesito leer algo suyo de vez en cuando, como una droga a la que no puedes decir que no. Su estilo directo ayuda bastante, la extraña emocionalidad con la que impregna cada acto, lo rebuscado que es a la hora de lanzar la trama. Se puede ver cierta inocencia en sus textos, una luz capaz de atravesar la oscuridad y mostrarte el camino. Su miedo como autor va desapareciendo, y eso significa que la luz crece. Para ofrecer un testimonio de lo que ocurre en la oscuridad del horror, es necesario ese brillo, ese crecimiento espiritual como testigo único.
   
Sé que tengo una buena obra porque esta editorial es muy exigente y tiene muy buen criterio. Pilar lo tiene claro y se atreve. Conocerlos en persona ha confirmado mis sospechas: La autenticidad es lo único que perdura, igual que los libros. 


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