Día
21 de septiembre de 2018. Trayecto de vuelta a casa. Autobús de las 23:30. Musas
activadas.
La
voz de Miguel Córdoba sigue rebotando por el interior de mi cráneo. Aunque he
llegado tarde a la presentación de su nueva novela, tengo clara la esencia. La curación, editada por El
Transbordador, va a taladrarme las neuronas y convertirse en un recuerdo
inolvidable.
No es nada nuevo si digo que me parece un
autor increíble. Y ahora que acabo de charlar un rato con él, mis sensaciones
son las de haber conocido a una persona especial. Ni mejor ni peor que nadie,
distinto, solo eso, mágico, con una esencia muy particular. Ha conseguido
escapar de la masa y traspasar sus ideas al papel. No todo el mundo es capaz de
hacerlo. Muchos solo escriben historias o cuentan realidades. Él es capaz de bañar
sus letras con emociones, aunque sean terroríficas.
Pero ahí no acaba todo, resulta que también
he conocido a Pilar, una editora de verdad, no lo que venden por ahí como
editor. Una persona que defiende sus gustos por encima de todo, la capitana de
El Transbordador. En conjunto ha sido un día cargado de emociones, «curativo».
Te das cuenta de que existe una línea imaginaria capaz de separar lo bueno de
lo no tan bueno. No sé cómo explicarlo. Quizás sea demasiado subjetivo con
todo, puede ser.
En lo que se refiere al libro, lo compré el
mismo día que salió. Confío en mi criterio, tengo buen gusto. Estoy convencido
de lo que voy a leer porque creo conocer al autor, existe una conexión en el
éter que une sus textos con mi capacidad de comprensión. Me atrevería decir que
necesito leer algo suyo de vez en cuando, como una droga a la que no puedes decir
que no. Su estilo directo ayuda bastante, la extraña emocionalidad con la que
impregna cada acto, lo rebuscado que es a la hora de lanzar la trama. Se puede
ver cierta inocencia en sus textos, una luz capaz de atravesar la oscuridad y
mostrarte el camino. Su miedo como autor va desapareciendo, y eso significa que
la luz crece. Para ofrecer un testimonio de lo que ocurre en la oscuridad del
horror, es necesario ese brillo, ese crecimiento espiritual como testigo único.
Sé
que tengo una buena obra porque esta editorial es muy exigente y tiene muy buen
criterio. Pilar lo tiene claro y se atreve. Conocerlos en persona ha confirmado
mis sospechas: La autenticidad es lo único que perdura, igual que los libros.
Buen gusto si que tienes.. ladrón!!!..😜
ResponderEliminarLa novela tiene una pinta estupenda.
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