viernes, 31 de agosto de 2018

Controlando impulsos ridículos




Me levanto de la cama
con ganas de mear
y voy directo al baño.
El chorro cae en el agua
con violencia, salpicando.
El sonido uniforme
produce un efecto hipnótico
en mi desgastado cerebro;
me quedo privado, ausente.
Con la vejiga vacía
decido mirarme en el espejo.
Soy el mismo perdedor de siempre,
un enfermo crónico.
Abro el grifo de la ducha
y espero a que salga caliente.
Hoy no va a ser un día especial,
como ayer, igual que mañana.
La misma mierda de siempre,
idénticas gilipolleces vacías.
Solo tengo que controlar
los impulsos ridículo
y nada irá a peor. 




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